La primera vez que Laura vio a dos personas hablar en lengua de signos le pasó lo mismo que a todos… ¡no entendía nada! Pero aquella idea de hablar con las manos le gustó mucho así que aquella tarde, después de hacer los deberes, salió al jardín para imaginar un mundo donde las personas hablasen con las manos.
En este espectáculo la lengua de signos y la lengua oral conviven por igual en el escenario. Un espectáculo para personas sordas y personas oyentes. Un espectáculo integrador lleno de fantasía, magia y humor.